Ante el bajo rendimiento de los Houston Rockets, Durant estaba a punto de atravesar otro período difícil. En cualquier deporte de equipo, los malos resultados no deben atribuirse a un solo jugador. Sin embargo, a menudo se culpa a un jugador en particular, creyendo que fue el responsable de la derrota. Con el paso de los años, Durant sintió cómo aumentaba la presión, y vestir cualquier Camisetas NBA personalizadas parecía generarle una enorme resistencia.

Ese año, durante una entrevista, el breve intercambio de palabras de Durant, de apenas unos segundos, reveló una compleja mezcla de emociones: arrepentimiento, impotencia, resentimiento, autocrítica, aceptación y desolación. Su sonrisa transmitía arrepentimiento, sus labios apretados impotencia, su mano alzada resentimiento, su mano bajada y su sonrisa autocrítica, su movimiento de cabeza aceptación y su silencio final desolación. Esas fueron las emociones que Durant mostró en esos pocos segundos de entrevista vistiendo la Camisetas Brooklyn Nets baratas, que los aficionados interpretaron meticulosamente.

Kevin Durant no es un hombre de muchas palabras, pero tenía tanto que decir que no sabía cómo expresarlo. El partido inaugural de la temporada también le trajo recuerdos de su partida de su equipo hace más de una década, haciéndole comprender que todo estaba predestinado. No había decisiones equivocadas, nadie tenía que aferrarse a un ideal en particular hasta el final; simplemente era el camino predeterminado en la vida de cada uno. Oklahoma City Thunder, Golden State Warriors, Brooklyn Nets, Phoenix Suns y Houston Rockets: Kevin Durant lo dio todo por cada equipo, porque amar el baloncesto y jugar para un equipo no debería ser un obstáculo. Su etapa en los Brooklyn Nets terminó siendo la más agridulce para Kevin Durant; ese año, formó equipo con James Harden y Kyrie Irving, pero las lesiones los dejaron fuera de los playoffs.